La periodista Sara, junto a Juan Carlos Beica, integrante del staff de Kurdistán Desde el Sur, en Kobane, año 2015. |
Por Sara A. de Ceano-Vivas Núñez
La guerra entre la banda armada del PKK y el Estado turco
continúa en el sudeste de Turquía, afectando de manera directa a 1.760.000
personas en la región, según la Fundación de Derechos Humanos de Turquía. Los
atentados por parte de la banda armada son casi diarios, focalizándose en las
estructuras y efectivos de la policía y el ejército turco, aunque también
producen a veces muertes de civiles. Por su parte, el Estado turco sigue
imponiendo estrictos toques de queda sobre áreas rurales y urbanas en los
diferentes distritos de la región. Los toques de queda activos actualmente
afectan a las ciudades de Cizre, Nusaybin y Sirnak, al tiempo que se
desarrollan operaciones especiales en las zonas rurales de Batman, Hakkari y Diyarbakir.
Según el informe de Evaluación de Daños y Migración Forzosa
del GABB (Unión de Municipalidades de la Región del Sudeste de Anatolia), al
menos 400.000 personas han sido forzadas a abandonar sus hogares. La mayoría de
estas familias no han podido recoger sus pertenencias, lo que ha generado
fuertes pérdidas económicas y el aumento de la pobreza en una población ya
históricamente desfavorecida. Los refugiados del sudeste de Turquía han
emigrado principalmente a las grandes ciudades de Van, Batman y Diyarbakir.
Según dicho informe, la mayoría de las familias actualmente residen en
apartamentos alquilados sobresaturados y una minoría subsiste en tiendas de
campaña de improvisados campos de refugiados, en muchos casos, sin las
condiciones básicas de infraestructura y salubridad. (Leer todo)
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