Por Claudio Colombo
Pobladores y representantes de las comunidades kurda y árabe del cantón de Afrin -norte de Siria en la frontera con Turquía- condenaron enérgicamente el silencio y la complicidad de las grandes potencias internacionales, que permitieron la ocupación de tierras pertenecientes a esa región por parte de las fuerzas armadas turcas y sus mercenarios aliados. El ejército del “Sultán” Recep Tayyip Erdogan ocupó zonas cercanas al pueblo Sorke en el distrito de Rajo, talando 600 árboles de olivo y 300 de granada, luego de abrir fuego contra los civiles de ese pueblo. La comunidad entera de Afrin convocó a una “revuelta” para repudiar la invasión de las tropas extranjeras a sus tierras.
Pobladores y representantes de las comunidades kurda y árabe del cantón de Afrin -norte de Siria en la frontera con Turquía- condenaron enérgicamente el silencio y la complicidad de las grandes potencias internacionales, que permitieron la ocupación de tierras pertenecientes a esa región por parte de las fuerzas armadas turcas y sus mercenarios aliados. El ejército del “Sultán” Recep Tayyip Erdogan ocupó zonas cercanas al pueblo Sorke en el distrito de Rajo, talando 600 árboles de olivo y 300 de granada, luego de abrir fuego contra los civiles de ese pueblo. La comunidad entera de Afrin convocó a una “revuelta” para repudiar la invasión de las tropas extranjeras a sus tierras.
Edrees Sikho, un ciudadano árabe del cantón, dijo que
“Turquía debería respetar la buena vecindad” además de condenar “el silencio
internacional hacia las prácticas turcas”. Por su parte, Nizar Baker señaló que el
Gobierno turco tiene como principal objetivo atacar el “proyecto democrático y
federal que se lleva adelante en el norte del país” a través del régimen del
Confederalismo Democrático. Baker explicó que el “mantenimiento del honor y la dignidad
significan aferrarse al suelo” y que “no vamos a permitir a Turquía ocupar
nuestras tierras”. En tanto, Nazer Brimo, afirmó que esa fuerza “pagará sus
excesos porque no pueden hacer frente a la voluntad de la gente de Medio
Oriente”, exigiéndole a la “comunidad internacional, que no permanezca con las
manos cruzadas frente a esa práctica”.
Cada vez es más claro que el pacto celebrado por Estados
Unidos, Rusia, Turquía, Sira e Irán “contra el Estado Islámico” constituye una
verdadera alianza contrarrevolucionaria, que tiene como principal objetiva
aplastar la rebelión de los oprimidos y oprimidas de la región y a su
vanguardia -el pueblo kurdo- que con su autogobierno amenaza la estabilidad
capitalista construida luego de la derrota del imperio otomano en la Primera
Guerra Mundial. Como lo venimos diciendo y repitiendo en cada una de nuestras declaraciones: ¡Los trabajadores y el pueblo kurdo no podrán conquistar la libertad, la democracia y sus derechos elementales sin enfrentar y derrotar a todos estos enemigos, apoyándose en las masas de todo el mundo y las organizaciones revolucionarias dispuestas a solidarizarse en serio con esta justa causa!
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