El mundo continúa conmoviéndose por la guerra en Medio Oriente, donde juega gran parte del destino de los pueblos de la zona, pero también del resto de la humanidad, porque allí están en pugna las fuerzas de la Revolución y la Contrarrevolución. Allí, donde han muerto más de 400.000 personas, apareció Bana, una de tantas niñas que cotidianamente se despiertan, desvelándose por el estruendo de los bombardeos sobre Alepo. Ella, con tan solo 7 años de vida, comenzó a hacerse famosa por sus tuits.
Como la foto de Aylan, el pibe Kurdo que murió en las playas
del Mediterráneo huyendo de la guerra y su barbarie, la historia de Bana es un
grito desesperado por la vida, que se expresa en los más de 26000 seguidores
que siguen su cuenta de Twitter, abierta hace apenas un mes. “Hola, soy Bana y soy una chica de 7 años que vive en Alepo.
Mi madre y yo queremos contarte los bombardeos de aquí. Gracias”. Su mamá es
Fatemah, una profesora de inglés, que también recurre a este medio: "¡Bomba,
bomba, bomba, no sabemos si moriremos esta noche, por favor por favor rezad por
nosotros, prometo que seguiré tuiteando toda la noche!"
Algunos medios han nombrado a Bana como la Ana Frank Siria,
esa adolescente que escribió cientos de páginas relatando el día a día de la persecución
nazi contra los judíos, convirtiendo a su diario en uno de los libros más
vendidos de la historia. Estas y otras tantas historias develan la cruda realidad de
los pueblos que resisten y enfrentan a la cruenta guerra. Por eso, unos días
atrás se hicieron movilizaciones por Alepo en más de 25 ciudades pertenecientes
a 5 continentes distintos, una de las cuales se realizó en el Obelisco, en
pleno centro de la Ciudad de Buenos Aires.
Quienes formamos KDS asistimos, denunciando la política genocida de Bashar Al Assad y los imperialistas
yanquis y rusos, quienes junto a Erdogan e Irán, se han
unido para garantizar la “Unidad de Siria”, que no es otra cosa que la defensa del
régimen baazista, plantenado la necesidad de que los pueblos de Siria y
del Kurdistán se unan contra la dictadura de Bashar y
todas las fuerzas que la apoyan. Mientras tanto, en Alepo, Bana sostenía un cartel en sus manos reclamando por su vida y lamentándose
por la destrucción total de la casa de un vecino, preguntándoles a Putin y
Assad si la suya será la próxima…
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