El intento fallido de golpe de estado en Turquía no respondió a las intenciones antidemocráticas de una fracción militar, que trató de tomar el poder para acabar con las libertades e imponer un régimen autoritario, sino a las disputas entre la fracción militar fascista que gobierna y otra -de igual signo- que pretendió desplazarla del gobierno.
Es más que probable que detrás de los militares "secularistas" -como ellos mismos se han denominaron- estuviese el sector del imperialismo dirigido por Obama, Putin y el Papa, que junto a los iraníes están combatiendo en Siria e Iraq contra Estado Islámico y otros engendros similares, sostenidos por Turquía, Arabia, Qatar, Israel y un sector del Partido Republicano de los Estados Unidos, relacionado al complejo industrial militar. Esta fenomenal crisis en las alturas explotó debido a la derrota de esta banda, a la cual pertenecen Erdogan y los suyos.
Por esta razón coincidimos con buena parte de la declaración del KCK -Unión de Comunidades del Kurdistán- que dijo: "describir a Tayyip Erdoğan y a los dictadores fascistas del AKP (Partido de la Justicia y el Desarrollo ) como si fueran democráticos después de este intento de golpe, es un enfoque aún más peligroso que el intento de golpe en sí mismo." El KCK se plantear seguir la lucha contra Erdogan y por la democratización en serio de Turquía. Coincidimos en general con la declaración, aunque agregándole que existirá una verdadera democracia cuando se conquiste el Socialismo, a través de un gobierno revolucionario de los trabajadores y los pueblos oprimidos, apoyado en un régimen de Asambleas Populares -como en Rojava- y en el marco de una Federación de Estados o Regiones Autónomas Socialistas del Medio Oriente. (Leer declaración completa del KCK)
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