Los deportistas a los cuales estos bandoleros les cortaron las cabezas, habían jugado en el equipo sirio de Al Shabab. Aunque Estado Islámico decretó la prohibición del fútbol en las zonas donde impuso el reinado de su "Califato", esta ejecución no tuvo que ver con el pasado futbolista de los cuatro ajusticiados, sino por "espiar" para las YPG kurdas. Los asesinatos, según lo ha denunciado algunos medios sirios y diarios británicos, como el Daily Mail, tuvieron lugar en la capital siria del Estado Islámico, Raqqa. Los jugadores muertos son Osama Abu Kuwait, Ihsan Al Shuwaikh, Nehad Al Hussein -el del círculo en la foto- y Ahmed Ahawakh.
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