El gobierno turco ha vuelto a tomar una medida extrema contra la población civil kurda. El decreto que impone el toque de queda en 16 localidades kurdas del sureste del país supone cortes de luz, agua y telefonía. Se ha empezado a aplicar a partir de esta madrugada sobre las poblaciones que forman parte de la región de Silvan, en la provincia de Amed (Diyarbakir). La agencia ANF informó que después del toque de queda las fuerzas militares turcas iniciaron una operación en pueblos y aldeas con ataques de artillería y morteros.
Además, se indicó que cientos de soldados han sido desplegados en el territorio y llevan adelante redadas en algunos pueblos. Al mismo tiempo, el gobierno turco ha cesado de sus funciones a dos vicealcaldes kurdos de la localidad de Mazidagi, en la provincia de Mardin, bajo el argumento de vinculaciones con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). Desde que el gobierno turco rompió el alto el fuego en 2015 y puso fin a dos años de proceso de paz, el ejército ha arrasado pueblos y ciudades.
Human Rights Watch (HRW) acusó esta semana al gobierno del presidente de Erdogan de impedir el desarrollo de investigaciones independientes sobre los abusos en materia de Derechos Humanos durante los toques de queda, con prácticas que incluyen el asesinato de civiles y la destrucción de propiedades. En 2015, el Estado turco encarceló a 22 alcaldes y cesaron a otros 31 por su supuesto apoyo al PKK. Todos eran miembros del Partido Democrático de las Regiones (DBP). (Leer toda la nota)
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