Un mes atrás, más precisamente el 16 de Junio, desde Kurdistán Desde el Sur adelantábamos la profunda crisis del régimen comandado por Erdogan, debido a la derrota que sufrió el bloque está motorizando -de apoyo a ISIS- en la guerra que se libra en Turquía e Iraq. La victoria, todavía parcial, pero victoria al fin, del frente liderado por Obama, Putin, el Papa e Irán -acuerdo 5 más 1- empujó al presidente turco al vacío.
Por eso, lo más probable es que este intento golpista esté relacionado a los planes de Obama y compañía para estabilizar Medio Oriente bajo la tutela de Irán y Hezbollah. Si es así, tratarán de pactar con Bashar Al Assad -presidente de Siria- una salida de consenso, de manera de ponerse todos de acuerdo para atacar a la resistencia obrera y popular, particularmente la que encabezan los kurdos. A continuación, la nota de referencia, escrita por nuestro compañero Carlos Amarilla:
Los hechos marcan que poco a poco se le van cerrando las puertas a Erdogan. Su política fascista en Turquía está llegando a su límite, sus manotazos desesperados ya no surten el efecto inicial, su desprestigio adentro y puertas afuera es cada vez mayor. De ser la mano derecha de la OTAN e intervenir de lleno en cada estallido de la “Primavera Árabe” junto a EEUU para frenar las revoluciones a su actual aislamiento.
Su alianza sunní con Arabia Saudita, Qatar e Israel para crear y sostener a ISIS -como ejército contrarrevolucionario y para derrocar a Al Assad- terminó irritando a un sector del imperialismo, Obama y Putin, que por distintos motivos entendieron que esta liga pretendía aprovecharse de sus respectivas debilidades en beneficio de su propia agenda. Obama no puede sostener la política genocida de Erdogan para con los kurdos, que son sus más eficientes “aliados” a la hora de enfrentar a ISIS. Las decapitaciones de personas de nacionalidad estadounidense y la saña contra las mujeres y cristianos -religión oficial del Imperio- lo obligó a intervenir más activamente.
De allí se desprende su apoyo logístico a Rojava a cambio de utilizar a los kurdos como “Caballo de Troya” para que sus tropas vuelvan a pisar el terreno de Siria e Iraq “asesorando” la ofensiva contra Raqqa, Mosul o Manbij. Por otro lado Rusia no podría dejar caer a Al Assad como sucedió con sus viejos aliados Kadafi y Hussein. Es que Siria, tanto para los rusos como para el resto de los imperialistas que se la disputan, es un lugar estratégico porque por ahí pasa la ruta de los hidrocarburos hacia el Mediterráneo. Tal es así, que los rusos tienen bases militares que están desde la época de la “Guerra Fría”. (Leer toda la nota)