Un día como hoy hace 6 años, el 9 de mayo, Farzad Kamangar fue ejecutado en secreto en la prisión Evin de Teherán, junto con otros 4 prisioneros políticos kurdos. Este luchador de 35 años, docente y miembro de “La Unión de Maestros del Kurdistán”, estaba acusado de “poner en peligro la seguridad nacional” y de “enemistad con Dios”.
Antes de morir, Farzad le decía a su carcelero: Sí, soy maestro y he heredado de mis alumnos la sonrisa y la curiosidad por preguntar. Háblame de ti. ¿Quién eres? No sólo no me asustas con tus esposas, cadenas y latigazos, sino que las gruesas paredes de la celda 209, los ojos electrónicos que me vigilan, las férreas puertas… ya no me dan miedo. No te enfades, no grites, no me golpees con el puño en el corazón, porque mantengo la cabeza alta.
No me pegues porque canto; soy kurdo y mis antepasados me han dejado en los cantos e himnos el recuerdo de su amor, su sufrimiento, su lucha, su existencia… Tengo que cantar y tú tienes que escuchar mi canto, aunque sé que te molesta. (Leer toda la nota)
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