Autoridades de la República Islámica de Irán decidieron la
ejecución de cinco activistas de los derechos humanos kurdos en el noroeste de
ese país, en la ciudad de Urmia, enviando a la horca a Naji Kiwan, Ali Kurdian,
Haidar Ramini, Nadir Muhamadi y Ruhman Rashidi.
Los arrestaron el miércoles y después de ser acusados de “conspirar
contra la República Islámica de Irán”, fueron ahorcados frente a una multitud
de cientos de personas, entre las cuales se encontraban sus familiares, que
fueron obligados a presenciar la ejecución.
La agencia ARA News informó que las víctimas eran luchadores
de los derechos civiles que solían documentar casos de violación a las
libertades contra personas kurdas, además de pertenecer al Partido Democrático
de Kurdistán en Irán. El promedio de las ejecuciones es de cinco kurdos/as por
semana.
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