Por Martín Romero
No voy a detenerme en esta nota a analizar detenida y cronológicamente el contenido de las llamadas “Conversaciones de Paz de Ginebra”. Al contrario: luego de hacer un brevísimo repaso de las partes y algunos de sus condicionamientos volcados en la mesa, pondré énfasis en quienes quedaron afuera, concretamente a la representación kurda y de sus aliados, el porqué de ello y lo que podría suscitar la participación en unas negociaciones que poco tienen que ver con los deseos y las necesidades de los pueblos de la región, sino más bien con los intereses de sus verdugos.
A pesar del fracaso de las llamadas “Conversaciones de Paz de Ginebra” anteriores, las potencias imperiales continuaron buscando mecanismos para poner fin a la crisis siria. Las partes, representadas por el régimen de Bashar al-Ásad y la Coalición Nacional Siria solo han avanzado en un frágil alto al fuego, que extraoficialmente se rompe día a día, pero que ha reducido los enfrentamientos en algunas zonas. Las posturas parecieran indeclinables. Desde el oficialismo se exige a la oposición la entrega de las armas y la subordinación al régimen, y desde la oposición se reclama la salida de Ásad y la desarticulación del baazismo. (Leer toda la nota)
No hay comentarios:
Publicar un comentario