El gobierno iraní lo condenó por defender los derechos humanos, reiteradamente violados por el régimen teocrático. Por eso fundó, en 2005,Rêxistina Mafe Mirovan le Kurdistanê (Organización Kurda por los Derechos Humanos). Amnistía Internacional lo reconoce como preso de conciencia. Literalmente ha sido encarcelado por “difundir noticias” sobre las bestialidades del gobierno iraní contra los kurdos y contra la población en general. A todo esto, en 2012 se añadió el diagnóstico de su hijo afectado por una grave enfermedad. Desde entonces Kaboudvand sólo pide una cosa: poderlo visitar. Se le ha permitido una visita de dos horas en todos estos años a pesar de que, el mismo 2012 realizó una huelga de hambre de dos meses para ver a su hijo. (Leer toda la nota)
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