Por Juan Carlos Beica
Un año atrás estuve en Kobane, desde donde viajé hacia el la zona del Éufrates, el frente de guerra, guiado por un miliciano kurdo con el cual no pude hablar en inglés, porque no sabía el idioma, pero sí comunicarme mediante algunas señas elementales.
El día que lo conocí llevaba en su cintura una pistola 9 milímetros Glock, un arma importante y cara. Yo se la señalé y él me respondió "¡Daesh...!".
Me di cuenta de que se la había sacado a algún jefe de la banda, porque ese tipo de herramienta no la usa cualquiera.
Yendo hacia la primera línea del combate me mostró algunas fotos, entre ellas una junto al fusil y una hilera de cadáveres del Estado Islámico, comprendiendo que actuaba como francotirador. En el frente me contaron que formaba parte de uno de los grupos de "elite" más atrevidos.
Cuando regresé a Buenos Aires volví a verlo, en una foto de las YPG homenajeando a sus mártires.
Él era uno de ellos, un "sheid". Me dio mucho dolor y recordé otra imagen, la de nuestra compañera que estuvo antes que yo en Kobane junto a Viyan Peyman, que a los pocos días de su vuelta también fue asesinada en combate.
El día que presenté mi libro "Revolución en Kurdistán y Medio Oriente" puse su foto presidiendo el evento, pero todavía sin conocer su nombre. Hoy, abriendo el twitter, y casi de casualidad, lo volví a descubrir, ya que se cumple el primer aniversario de su paso a la inmortalidad, justamente en Kobane.
De acuerdo a las informaciones que encontré después, buscando en las redes sociales, mi amigo se llamaba Herdem Musa y sus compañeros y compañeras lo consideran un verdadero héroe de la causa del pueblo kurdo, por eso lo llaman "El Francotirador" de Kobane". Él solo, con su rifle mató a cerca de 400 bandoleros de Daesh. ¡Tremendo!
Compañero Herdem Musa, hasta la victoria, los mártires no mueren...
Sheid namirin
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