El gobierno del “Sultán” Erdogan está llevando adelante una ofensiva descomunal contra el pueblo kurdo, atacando sus pueblos mediante el fuego de la metralla, debido al cual este último año han muerto miles de hombres, mujeres y niños de esa nacionalidad oprimida. Sin embargo, este ataque no se limita a la utilización de los métodos militares más salvajes, la cárcel y la tortura, también utiliza la fuerza de la aguas con el propósito de borrar del mapa la cultura milenaria de un pueblo que se resiste a retroceder en su lucha por la dignidad.
De esa manera los funcionarios del estado turco se aprestan a inundar la ciudad de Hasankeyf, detrás de cuyas paredes se albergaron las civilizaciones Hurritas, Mitanos, Asirios, Urartianos, Medos, Persas, Romanos, Bizantinos, Omeyas, Abásidas, Seleúcidas, Artúkidas y Ayubíes. Hasankeyf cumple 9 de los 10 criterios de la UNESCO para ser declarada “Patrimonio Mundial”. Sin embargo, el gobierno de Turquía, que nunca reclamó ese status para la ciudad, intenta destruirla, anegándola y enterrándola bajo el agua con la construcción de la represa de Ilisu. (Leer toda la nota)
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