Si Turquía tenía alguna posibilidad de entrar en la Unión Europea en 2020, como afirman los partidarios del Brexit (la campaña para que el Reino Unido salga de la Unión Europea), se desvaneció el miércoles después de que el presidente del país, Recep Tayyip Erdoğan, promulgara una ley draconiana que echa por los suelos cualquier percepción de que Turquía es una democracia al estilo occidental y plenamente operativa.
La Unión Europea tiene una serie de normas que se remontan a 1993, conocidas como los criterios de Copenhague, que establecen que todos los Estados solicitantes deben adherirse a un sistema de gobernanza democrática y respetar otros principios básicos, como el estado de derecho, la libertad de expresión, los derechos humanos y el respeto y la protección de las minorías. Turquía no está cumpliendo estos criterios. (Leer toda la nota)
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