Por Pablo Mestrovic
Los atentados de París en noviembre de 2015
y el primer aniversario del atentado contra la revista Charlie Hebdo ponen
nuevamente en debate un tema espinoso para la izquierda y el campo
popular: la valoración del movimiento comúnmente denominado por los medios
hegemónicos como “fundamentalismo islámico” o “integrismo”. Siendo que ambos términos tienen una precisión
discutible para denominar a un movimiento político que se ha desarrollado
principalmente en la segunda mitad del siglo XX, es preferible utilizar la
expresión “islam político”. En primer lugar, el abordaje de este
fenómeno requiere hacer una clara distinción entre la adhesión a la religión
musulmana, que por sí sola es una cuestión limitada a la esfera personal y
carente de significación política, la adhesión a movimientos políticos
islamistas y los componentes del sentido común que favorecen la adhesión a
tales movimientos. (Leer todo)
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