Según la agencia Rudaw News, “Las tensiones entre kurdos y
el gobierno sirio alcanzaron un pico, debido al carácter de las discusiones que
tuvieron lugar el martes pasado entre representantes de ambas partes en Damasco,
en la segunda reunión bilateral desde el comienzo de la Primavera Árabe en 2011”. El encuentro, que habría sido motorizado por mediadores
rusos, se focalizó alrededor de las
relaciones que, de aquí en más, deberían tener ambas partes y sobre el status
de la región de Rojava en el norte de Siria, gobernada por instituciones kurdas
bajo el régimen del Confederalismo Democrático. Fuentes relacionadas a las fracciones kurdas que
participaron en la reunión dijeron que el gobierno puso sobre la mesa una serie
de condiciones para “regularizar” las relaciones. La primera de ellas es que
los kurdos apoyen la candidatura de Bashar Al Assad en las próximas elecciones
presidenciales. Los representantes del gobierno exigieron también que se
deje de reclamar la aceptación de un sistema de características federales, de
manera de garantizar la “unidad del país”. Para eso dijeron que había que
volver a colocar las banderas sirias en todos los edificios y oficinas
públicas. Estas demandas, que fueron presentadas ante los delegados
del Tev-Dem - Movimiento por una Sociedad Democrática - y el ENKS - Concilio
Nacional del Kurdistán - fueron apoyadas por integrantes del KDP, organización dirigida
por Barzani, quien está al frente del “Kurdistán Autónomo” iraquí. En ese marco, oficiales del ejército sirio declararon que “las
zonas controladas por las milicias kurdas deben retornar rápidamente al área de
influencia del gobierno”. ¡Como dijimos muchas veces: los poderes
internacionales y regionales apuntan sus cañones contra Rojava, una experiencia
autónoma que vale la pena defender!
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