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| Jóvenes kurdos destruyen imagen del dictador en Qamishlo |
Las autoridades kurdas de los cantones de Rojava, particularmente
aquellas que están instaladas en el barrio de mayoría kurda de Aleppo, Sheik
Maqsoud, acaban de declarar que los rumores de que el régimen baazista pretendería
“desalojar a las milicias de autodefensa, YPG/YPJ, para que el ejército sirio se
haga cargo de esa localidad”, eran falsos. También es cierto que Bashar Al Assad - quien en reiteradas
oportunidades manifestó su total desacuerdo con la autonomía de los
cantones instalados en el norte de Siria
- tampoco ha reconocido al autogobierno y las milicias kurdas de Sheik Maqsoud,
declarándolos legítimos representantes de su pueblo. Es que el carnicero de Medio Oriente tiene las cosas bien
claras. Por eso, apenas “ordene” a sus tropas y garantice cierta estabilidad en
Aleppo, comenzará a atacar a su principal
enemigo, el Confederalismo Democrático, que por su naturaleza constituye
un régimen antagónico a la dictadura genocida de Al Assad. El régimen cuenta para eso con el apoyo directo de Turquía,
Rusia e Irán, cuyos cancilleres acaban de reunirse para ratificar esta línea,
que no es otra que la de imponer la “unidad de Siria” alrededor de la figura de
Bashar o de quien resulte impuesto por las próximas negociaciones que
continuarán teniendo lugar entre estos países y el imperialismo yanqui. Los trabajadores y el pueblo kurdo tienen que asumir esta realidad,
organizándose en función de enfrentar a semejante cantidad y calidad de
enemigos, pidiendo el apoyo de los pueblos y las organizaciones solidarias con
el Kurdistán de todo el mundo. Si hacen esto, seguramente triunfarán porque
existen condiciones más que buenas para lograr la victoria.
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