El "Gran Muftí" árabe, nada diferente al Califa de ISIS. |
El príncipe Mohamed Bin Salmán, hijo favorito del rey de
Arabia y vice heredero de la monarquía, se puso al frente del plan “Visión
2030”, mediante el cual la corona pretende “modernizar” - aunque sea un poco -
la vetusta economía saudí y brindar cierto grado de apertura política y social,
de manera de contener los reclamos de una parte fundamental de la población, sus
mujeres y su juventud. Sin embargo, estos tímidos proyectos aperturistas están
chocando contra un muro de granito, que es el que construyeron durante años los
religiosos que controlan la “moral” del reino. Su más alta autoridad - el gran
muftí Abdelaziz al Sheij - ha expresado “el rechazo absoluto a que se celebren
conciertos y abran cines en el país, tal como habían anunciado las autoridades”.
(El País, España, 17-1-17) Este troglodita, que nada tiene que envidiarle al Califa de
ISIS, les pidió a las autoridades que “No abran la puerta al diablo” porque “sabemos
que los conciertos de cantantes y el cine son una fuente de depravación”. (TV
Al Majd, citada por El País). El establishment religioso
es conocido por posiciones tales como no considerar musulmanes a los chiitas o defender que las niñas son aptas para el matrimonio a partir de los diez años. (Leer todo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario