Por Martín Romero
Es quizá el hito de la lucha del pueblo kurdo en Rojava, debido a que significó un punto de quiebre no solo para los kurdos, sino para el conflicto regional, porque fue el primer revés militar del hasta ese momento invencible ISIS. La voluntad y entrega de los defensores de la ciudad pudo con el terror fascista armado. Las mujeres kurdas sembraron el pánico entre las filas de Daesh (acrónimo árabe de Estado Islámico de Irak y Siria).
El valor en combate de mártires como Arin Mirkan y otros tantos, y la solidaridad internacional fueron fundamentales para la visibilización del conflicto, mientras los jerarcas del Pentágono signaban ante los medios internacionales la caída de Kobanê “en cuestión de días”. Con una relación de fuerzas de casi 1 a 10, las autodefensas kurdas YPG/YPJ no solo retuvieron la ciudad, sino que en una campaña iniciada tras la recuperación de la misma, liberaron todo el cantón y extendieron sus límites en los siguientes meses.
A mediados de 2014, tras la ruptura con al-Qaeda producto de la intervención en Siria, Daesh inicia una campaña contra el cantón de Kobanê. La vecina Jarabulus había sido tomada poco antes por facciones islamistas que rompieron con el Frente al-Nusra, se enfrentaron con los rebeldes sirios, y juraron lealtad a las bandas del autoproclamado Califato. Desde dicha ciudad, junto con Sarrin y Tal Abyad, se lanzaron los ataques. Daesh inició la campaña a mediados del mes de Septiembre, destinando más de 8 mil efectivos a la misma, con armamento sofisticado, equipos de comunicaciones, artillería, tanques y vehículos blindados. (Leer toda la nota)
Es quizá el hito de la lucha del pueblo kurdo en Rojava, debido a que significó un punto de quiebre no solo para los kurdos, sino para el conflicto regional, porque fue el primer revés militar del hasta ese momento invencible ISIS. La voluntad y entrega de los defensores de la ciudad pudo con el terror fascista armado. Las mujeres kurdas sembraron el pánico entre las filas de Daesh (acrónimo árabe de Estado Islámico de Irak y Siria).
El valor en combate de mártires como Arin Mirkan y otros tantos, y la solidaridad internacional fueron fundamentales para la visibilización del conflicto, mientras los jerarcas del Pentágono signaban ante los medios internacionales la caída de Kobanê “en cuestión de días”. Con una relación de fuerzas de casi 1 a 10, las autodefensas kurdas YPG/YPJ no solo retuvieron la ciudad, sino que en una campaña iniciada tras la recuperación de la misma, liberaron todo el cantón y extendieron sus límites en los siguientes meses.
A mediados de 2014, tras la ruptura con al-Qaeda producto de la intervención en Siria, Daesh inicia una campaña contra el cantón de Kobanê. La vecina Jarabulus había sido tomada poco antes por facciones islamistas que rompieron con el Frente al-Nusra, se enfrentaron con los rebeldes sirios, y juraron lealtad a las bandas del autoproclamado Califato. Desde dicha ciudad, junto con Sarrin y Tal Abyad, se lanzaron los ataques. Daesh inició la campaña a mediados del mes de Septiembre, destinando más de 8 mil efectivos a la misma, con armamento sofisticado, equipos de comunicaciones, artillería, tanques y vehículos blindados. (Leer toda la nota)
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