Por Martín Romero
El 11 de Octubre de 2015 se anunciaba oficialmente lo que ya se venía dando en los hechos: La creación de las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF en inglés/HSD en kurdo). Una alianza de milicias populares, impulsada por las YPG/YPJ kurdas, el Consejo Militar Siríaco (Sutoro) asirio, brigadas rebeldes sirias como Jaysh al-Thuwwar (Armada de los Revolucionarios), Liga Revolucionaria de Raqqa, y otros grupos árabes menores locales, como Shammar al-Sanadid.
El 11 de Octubre de 2015 se anunciaba oficialmente lo que ya se venía dando en los hechos: La creación de las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF en inglés/HSD en kurdo). Una alianza de milicias populares, impulsada por las YPG/YPJ kurdas, el Consejo Militar Siríaco (Sutoro) asirio, brigadas rebeldes sirias como Jaysh al-Thuwwar (Armada de los Revolucionarios), Liga Revolucionaria de Raqqa, y otros grupos árabes menores locales, como Shammar al-Sanadid.
La consolidación de la alianza echó por tierra las dudosas denuncias de tensiones étnicas en la zona, dado que durante y después de la liberación de Kobanê se fueron estrechando los lazos entre milicias kurdas y árabes. No solo eso, también gran cantidad de combatientes árabes se incorporaron directamente a las YPG. Tras la batalla de Hesekê, la mayor parte de los barrios que eran controlados por el régimen baazista pasaron a manos de las milicias populares tras la expulsión de Daesh. Las operaciones no se detuvieron allí, sino que continuaron hacia el este y sudeste, donde todavía había presencia de los terroristas. (Leer toda la nota)
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