Luego de tres días de durísimos combates entre efectivos del régimen de Bashar Al Assad y las milicias kurdas, se declaró un alto el fuego en la ciudad de Qamishlo, la más importante de los cantones de Rojava. Las fuerzas de la dictadura que gobierna Siria -apoyada por Putin, Obama y el Papa- envalentonadas por los acuerdos de Ginebra, que les dejan las manos libres para emprender una ofensiva contra de las fuerzas opositoras, aprovecharon esta situación para atacar a las milicias que defienden al gobierno "Federal" de Rojava.
Esta ofensiva incluyó ataques con bombas de barril a los barrios kurdos de Aleppo y combates de las fuerzas chiitas aliadas de Bashar contra sectores kurdos iraquíes. La tregua, que significó un retroceso militar del régimen, no debe ser entendida como un pacto estratégico, ya que la única manera de llevar adelante la "democratización" de todo el país propuesta por la Asamblea Constituyente de Rojava será derrotando a la dictadura de Bashar Al Assad, para lo cual habrá que unir a la resistencia kurda con los revolucionarios consecuentes del resto de Siria. (Leer información sobre cese fuego)
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