De acuerdo a informaciones vertidas por el sitio de internet
del diario Hurriyet, la junta electoral nacional declaró que el Si se había
impuesto en el Referéndum Constitucional con un 51.3 por ciento, aunque en las
grandes metrópolis -Ankara, Estambul y Izmir - ganó de manera clara el No, igual
que en casi todos los distritos de mayoría kurda en el sudeste turco. Los partidos más importantes de la oposición, el CHP –
Republicano – y el HDP – pro kurdo – salieron inmediatamente a denunciar lo que
consideran un fraude, perpetrado por el gobierno con el objetivo de perpetuar a
Erdogan en el poder y otorgarle plenos poderes. Tan grande ha sido el fraude, que el gobierno no puede
aparecer en los medios ganando por un porcentaje muy grande, tal como lo
expresó en el viceprimer ministro turco Veysi Kaynak, que reconoció a la cadena
británica BBC que no obtuvieron la cantidad de votos como
esperaban. Pero el fraude no fueronió solamente maniobras mediante las
cuales sumaron de manera ficticia votos del SI, sino principalmente el marco en
que se realizó la campaña, ya que la oposición no tuvo casi oportunidades de
hacer actos o movilizaciones debido al estado de excepción que existe – en los
hechos – en todo el país y “por derecho” en las provincias kurdas. El fraude comenzó a perpetrarse cuando la
policía de Erdogan encarceló a toda la cúpula del HDP, que es el tercer partido
a nivel parlamentario y la principal organización en Bakur o Kurdistán turco.
Los trabajadores y los pueblos de todo el mundo deben movilizarse exigiéndoles
a sus respectivos gobiernos que rompan relaciones con el régimen fraudulento y
dictatorial de Recept Tayyip Erdogan.
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