Por Juan Carlos Beica
Donald Trump acaba de bombardear una de las bases militares
más importantes del régimen de Bashar al Assad, quien respondió con términos
muy duros en contra del gobierno yanqui, acusándolo de “beneficiar a los
terroristas”. El ataque fue una respuesta a la utilización de armas
químicas en una localidad ubicada dentro de posiciones ocupadas por tropas
opositoras al gobierno, aunque a Trump no le importe mucho ni la vida ni la
muerte de varias decenas de personas de ese país. En realidad lo que hizo el gobierno de los Estados Unidos no
es otra cosa que responderles a sectores de su propia oposición, que no ven con
simpatía el apoyo explícito que el nuevo presidente yanqui están brindándole a
Bashar al Assad. Por eso, no es casualidad que luego de la masacre producida
por la utilización de armas químicas, Donald Trump haya mantenido su posición
en el sentido de mantener en el poder al actual gobierno sirio, conducido por
el Partido Baaz y apoyado por Putin. Las contradicciones existentes entre Estados Unidos, Rusia,
Siria, Irán y Turquía continuarán provocando este tipo de “incidentes”, aunque
dentro de un marco más general: todos estos se han comprometido a garantizar la
transición siria apoyando la continuidad del régimen. (Leer todo)
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