El "peregrino" Erdogan, junto a los bandoleros sauditas. |
Erdogan viene
de visitar, actuando como un peregrino, los lugares santos del Islam que están
situados en Arabia Saudí: La Meca y la tumba de Mahoma en la localidad de Medina.
Desde ese lugar y junto a los funcionarios de la dictadura teocrática que
impone la “Ley del Corán” o Sharia a todos/as sus súbditos/as dentro del reino
wahabita, Recep T. Erdogan declaró – provocativamente – que "se cometen
crímenes bajo el disfraz del periodismo". Para justificar
su terrible persecución contra los periodistas que cuestionan los designios del
régimen, el presidente de Turquía le dijo a los corresponsales del diario Al
Arab, que “En Turquía hay mucha más libertad de información que en
muchos estados occidentales", respondiendo al demoledor informe del
Consejo de Europa que lo acusó de violar sistemáticamente los derechos humanos. Según este informe, se encuentra “alarmante”
la situación de la libertad de expresión en la República de Turquía, ya
que se han clausurado más de 150 medios de comunicación y encarcelado – solo en
el mes de enero – a 151 periodistas. El organismo denuncia, además, la censura
sobre foros de internet o páginas web por ser consideradas "ateas o no
respectuosas con el islam", citando el ejemplo del bloqueo del sitio web
de Charlie Hebdo. Es evidente que Erdogan se siente fuerte entre sus pares, los dictadores
contrarrevolucionarios de Arabia Saudí, con quienes mantuvo durante años un
punto de contacto muy fuerte, ya que ambas dictaduras fogonearon la extensión
de las bandas del Estado Islámico y otros engendros a lo largo y a lo ancho del
territorio Sirio e iraquí. ¡No habrá ninguna democratización en serio del Medio
Oriente sin acabar, de manera revolucionaria, con estos regímenes, que como el
que comanda Bashar al Assad gobiernan al servicio de las oligarquías locales y
el imperialismo!
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