Por Juan Giglio
Las guerrillas, milicias o ejércitos populares tienen todo
el derecho a acordar ceses del fuego o treguas parciales con sus enemigos, ya
que una guerra requiere flexibilidad táctica al servicio de preservar las
tropas, evitar masacres injustificadas, defender ciertas porciones del
territorio conquistado o, incluso, ganar influencia política. Sin embargo, el acuerdo firmado por las FARC
con el gobierno de Colombia, nada tiene que ver con eso.
Este pacto, bendecido por los hermanos Castro, el
imperialismo yanqui y el Papa, no es un simple repliegue militar, sino la
confirmación del abandono de las banderas socialistas detrás de las cuales esta
guerrilla combatió durante un largo período. ¡Cuando sus comandantes se comprometieron a “no
volver a usar las armas para alcanzar sus ideales”, definieron dejar de lado la
estrategia de acabar, de manera insurreccional, con el Estado Capitalista -única forma de conquistar una sociedad más justa y democrática- adaptándose, de esa manera, a los mecanismos contrarrevolucionarios de la falsa democracia burguesa. (Leer todo)
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