Por Pablo Mestrovic
El régimen del Baath sirio, dirigido por Bashar Al Assad
desde 2000, es percibido frecuentemente por distintas corrientes de izquierda,
particularmente las emparentadas con el stalinismo en sus distintas variantes y
en América Latina, con el chavismo, como un régimen antiimperialista, dado su
largo enfrentamiento con Israel y los Estados Unidos. / Al propio tiempo, estas
corrientes valoran positivamente el carácter laico del régimen de Al Assad y su
rol de fuerza de contención del terrorismo islamista expresado en el Daesh y
otras organizaciones afines y financiado por Arabia Saudita, Qatar y Turquía.
Sin
embargo, una mirada más atenta sobre los aliados que el régimen de Al Assad ha
sabido conseguir a lo largo de los años muestra una imagen muy diferente y que
debería alarmar a cualquier partidario de posiciones no ya de izquierda, sino
mínimamente progresistas. La cercanía del régimen del Baath sirio con el
fascismo comenzó en los años ’50. / Al igual que otros regímenes nacionalistas
árabes, como el de Nasser en Egipto, el Baath sirio brindo refugio a antiguos
funcionarios del régimen nazi, dispersados por el mundo después de la Segunda
Guerra Mundial. En el caso de Siria, Alois Brunner, antiguo oficial de las SS y participante de
la “solución final”, fue encargado por Hafez Al Assad, el padre y antecesor del
actual presidente sirio, de reorganizar la policía política siria utilizando su
“experiencia” en materia de represión y genocidio. (Leer todo)
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