Mustafa Aslan, el miliciano que se inmoló al llevar
adelante el atentado contra la policía en Cizre
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Mientras cientos de efectivos de las fuerzas armadas turcas -TSK- ingresaban en territorio kurdo -norte de Siria o Rojava- se intensificaban los combates entre la guerrilla del PKK, HPG, y las fuerzas de Erdogan, registrándose uno de los atentados más significativos de los últimos años, ya que -según informes de las agencias ligadas a la guerrilla- habrían perecido más de cien policías en el distrito de Cizre, uno de los más afectados por la represión.
La oficina de prensa
de HPG anunciaron que 118 miembros de las fuerzas de
seguridad fueron abatidos en una acción llevada adelante por un
miliciano que se inmoló en Şırnak. Según la declaración, la explosión tuvo lugar a las 06:40
horas del 26 de agosto, afectando el Cuartel General de la Policía, el
Directorio de la Policía Antidisturbios, las oficinas de la Gobernación y el
edificio de los servicios secretos, denominados MIT.
Mustafa Aslan, cuyo “nombre de guerra” era Firat Pirsus, se
dirigió hacia ese lugar manejando un vehículo lleno de explosivos, con el
propósito de “vengar los asesinatos de la población kurda perpetrados por el
estado turco en Cizre” y repudiar el “aislamiento del líder del PKK, Abdullah Ocalan”.
Según estas mismas declaraciones, 118 miembros de las
fuerzas policiales turcas fueron abatidos, mientras que 152 resultaron heridos,
entre ellos el propio gobernador de la región. Los números de bajas de efectivos
del MIT todavía no han sido verificadas. Mientras esto sucedía, a pocos kilómetros de Jarablus, en Rojava, ocurrían los primeros combates entre el ejército invasor turco y las milicias kurdas de YPG/YPJ.
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