Nota de Manuel Martorell para Cuarto Poder:
Hace algo más de un año el Gobierno de Ankara puso en marcha una maniobra semejante. Anunció, a bombo y platillo, que se sumaba a la coalición internacional contra el Estado Islámico y, de paso, lanzaría una campaña aérea contra el PKK, su otra amenaza terrorista. Sin embargo, durante meses, prácticamente los únicos objetivos de la aviación fueron las bases de la guerrilla kurda en el norte de Irak y después en las ciudades dentro de territorio turco donde surgieron grupos de resistencia armada. Todavía continúan los enfrentamientos, con miles de muertos y cientos de miles de desplazados.
Ahora, con la operación sobre Jarabulus, el único paso fronterizo que quedaba en manos del Estado Islámico, ha ocurrido lo mismo. Todos los medios de comunicación han destacado que los tanques, aviones y tropas especiales turcas han cruzado la frontera siria para arrebatar la ciudad a los yihadistas. Sin embargo, como hace un año, el verdadero objetivo era impedir que las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), una coalición liderada por los kurdos, siguieran avanzando y ocuparan esa ciudad. Así lo reconocen no sólo los principales análisis sobre Oriente Medio -como los de Al Monitor– sino el propio Gobierno de Erdogán y hasta el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, que ha pedido expresamente a las Unidades de Protección Popular (YPG) que se retiren a la margen oriental del río Éufrates, tal como exige Turquía. (Leer todo)
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