viernes, 21 de octubre de 2016

Kurdistán turco, o Bakur: vivir bajo toque de queda

La periodista Sara, junto a Juan Carlos Beica, integrante
del staff de Kurdistán Desde el Sur, en Kobane, año 2015.
Por Sara A. de Ceano-Vivas Núñez

La guerra entre la banda armada del PKK y el Estado turco continúa en el sudeste de Turquía, afectando de manera directa a 1.760.000 personas en la región, según la Fundación de Derechos Humanos de Turquía. Los atentados por parte de la banda armada son casi diarios, focalizándose en las estructuras y efectivos de la policía y el ejército turco, aunque también producen a veces muertes de civiles. Por su parte, el Estado turco sigue imponiendo estrictos toques de queda sobre áreas rurales y urbanas en los diferentes distritos de la región. Los toques de queda activos actualmente afectan a las ciudades de Cizre, Nusaybin y Sirnak, al tiempo que se desarrollan operaciones especiales en las zonas rurales de Batman, Hakkari y Diyarbakir.

Según el informe de Evaluación de Daños y Migración Forzosa del GABB (Unión de Municipalidades de la Región del Sudeste de Anatolia), al menos 400.000 personas han sido forzadas a abandonar sus hogares. La mayoría de estas familias no han podido recoger sus pertenencias, lo que ha generado fuertes pérdidas económicas y el aumento de la pobreza en una población ya históricamente desfavorecida. Los refugiados del sudeste de Turquía han emigrado principalmente a las grandes ciudades de Van, Batman y Diyarbakir. Según dicho informe, la mayoría de las familias actualmente residen en apartamentos alquilados sobresaturados y una minoría subsiste en tiendas de campaña de improvisados campos de refugiados, en muchos casos, sin las condiciones básicas de infraestructura y salubridad. (Leer todo)

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