martes, 19 de julio de 2016

Kurdos rechazan golpe pero acusan al gobierno fascista de Erdogan

En el momento en que los militares golpistas anunciaban a través de la televisión pública la imposición del toque de queda en toda la nación y hasta nuevo aviso, la prohibición de salir a la calle ya regía en Cizre. Durante meses, esta localidad situada en el sureste kurdo de Turquía ha vivido bajo el estado de excepción, cercada y bombardeada por el Ejército y actualmente sigue habiendo toque de queda nocturno (23.00-2.30). Sin embargo, la noche del viernes al sábado, los vecinos de la ciudad kurda salían a la calle a fumar y a comentarse las noticias. Los imponentes blindados que continuamente patrullan las calles de Cizre, se habían esfumado.

No en vano, en la cercana ciudad de Sirnak, tomada por el Ejército y donde aún rige el toque de queda las 24 horas del día, fueron detenidos el general de brigada Ali Osman Gürcan y 309 gendarmes por su presunta participación en el fallido golpe. Además, tres de los militares de más rango arrestados hasta ahora -el comandante del Segundo Cuerpo de Ejército, Adem Huduti; el general de división al mando de la guarnición de Malatya, Avni Angun, y el general al mando de los comandos de montaña de Hakkari, Ahmet Otal- son también quienes dirigieron en los últimos meses las operaciones contra la insurgencia kurda en las localidades de Cizre, Sur y Yüksekova, muy criticadas por las organizaciones de derechos humanos por el empleo de artillería y tanques contra el centro de las ciudades, que han quedado gravemente dañadas. Curiosamente, hasta hace bien poco los medios cercanos al Gobierno islamista turco loaban a estos generales, hoy tildados de “traidores”, como los que están “limpiando” el sureste kurdo de terroristas. (Leer toda la nota, de Andrés Mourenza de El País de España)

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